lunes, 13 de diciembre de 2010

Nanocuento - Conchita Mostazo

apoyando el codo en la barra, un cliente observa, con una irónica sonrisa, los rápidos y ágiles movimientos de uno de los camareros, enano. Astutamente le pregunta:
-         Oye, ¿Por qué no me bajas aquella botella? – dice, mientras señala la última botella del último estante.
-         No puedo, señor – responde, con cortesía, el enano.
-         Y, ¿por qué no puedes? – pregunta, con mirada perversa, el cliente.
-         Porque no alcanzo, señor.
-         ¿Por qué no alcanzas? – insiste, con sorna.
-         Porque soy más grande, mucho más grande que su piedad, señor – dijo el camarero.

Conchi - Mayo 2010  

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