lunes, 12 de septiembre de 2011

Literatura: Nuevas formas breves

ANA RODRÍGUEZ FISCHER
Los relatos cortos están llenos de imágenes reveladoras Al reseñar Pequeñas resistencias, 5 (Antología del nuevo cuento español, 2001-2010), uno de los nombres que destaqué fue el de Juan Carlos Márquez (Bilbao, 1967), por su habilidad para conjugar microscopia cotidiana y surrealidad, valiéndose de un lenguaje tan incisivo y preciso como brillante en el empleo de imágenes reveladoras. Este rasgo esencial (verdadero nudo gordiano de su narrativa), "cierto desplazamiento de qué hacia el yo", como lo denomina el autor, sustenta prácticamente todos los relatos del último libro de Juan Carlos Márquez, Llenad la tierra, que trata de lo que sucede a partir del día en que un padre aparece en el umbral de casa "con el corazón en un puño", de la (espeluznante) vida de un hombre solitario que vive cerca de los contenedores de un hospital cuyos restos y desechos lo alimentan, del odio histórico que revierte sobre el guardameta de la selección alemana de fútbol, de los delirios de un padre ante los hipotéticos peligros que amenazan a su hijo, de un viejo mercenario que mata para sobrevivir y cuenta cómo actúa "llegado el momento", o de los subterfugios de vida que ocultan las barras de los bares. En otros relatos, breves y a modo de sketches o escenas dialogadas, la presencia de lo absurdo en una situación anodina opera como revulsivo (hilarante): la anciana madre que recita a Neruda, la pareja ante la tarta de aniversario, el imposible "orden integral" en la cola de un supermercado o la "mecánica popular": espléndido ejercicio mezcla de equívocos, nonsense e ignorancia.
Óscar Esquivias (Burgos, 1972) es otro valor indiscutible del cuento español actual. Sus relatos, más bien apegados a las formas tradicionales, suelen ser muy abiertos, con una narración lineal que enfoca detalladamente con sumo cuidado los espacios donde suceden episodios que resultarán ser un verdadero punto de inflexión en las vidas de los protagonistas porque culminan en el descubrimiento del dolor, la impostura, facetas insospechadas de quienes creíamos conocer -hay temas habituales de Esquivias como las relaciones familiares, en especial entre padres e hijos- o el simple fracaso. El humor está muy presente, y algún cuento dialoga con piezas literarias bien reconocibles; así, 'El estudiante de Salamanca', que conserva el tronco argumental de la pieza esproncediana debidamente actualizada y llevada a un terreno prosaico; y 'El hijo en la modista', protagonizado por un vendedor de piscinas que asiste a la fiesta de disfraces de una clienta un poco con intenciones y fantasías pijoapartescas.
Pese a contar ya en su haber con un par de libros de cuentos -La edad del pavo (2001) y El fumador pasivo (2005)-, tal vez el modo más directo de presentar a Daniel Garzón (Zaragoza, 1981) sea remitiendo a su labor de guionista en la reciente película de Jonás Trueba, Todas las canciones hablan de mí, un trabajo que en gran medida conecta con los rasgos más sobresalientes de sus relatos: la habilidad (y ductilidad) para captar lo insólito de la vida cotidiana, emparentando así lo banal y anodino y hasta rutinario con el detalle impar y revelador (especialmente cuando se refiere a los propios personajes), a menudo captado desde un humor amable, o desde la crítica irónica, que son notas constantes de unos relatos que, ante todo, reflejan la vida de una generación (la del autor): treintañeros universitarios de trabajos precarios y cambiantes, viajeros, cosmopolitas y leídos, irreverentes y bastante desapegados de ciertos anclajes. La amistad, el amor o los ligues, las pérdidas, las relaciones familiares, el contraste generacional y las propias vivencias o experiencias pautan una radiografía plural (a ratos excéntrica, si no pintoresca) de dicha juventud. Igualmente destacable es la parte de ese panorama que se centra en "la vida literaria" y aledaños, trazada a partir de un personaje álter ego del autor, que ejerce de periodista, guionista o traductor (el cuento homónimo es una delicia) "que en solo una semana de trabajo en una oficina había desarrollado un síndrome de Kafka en toda regla".
Llenad la tierra. Juan Carlos Márquez. Menoscuarto. Palencia, 2011. 161 páginas. 14,50 euros.Pampanitos verdes.Óscar Esquivias. Ediciones del Viento. A Coruña, 2011. 157 páginas. 16 euros.La vida cotidiana.Daniel Gascón. Ediciones Alfabia, 2011. Barcelona. 173 páginas. 17,50 euros.

No hay comentarios:

Publicar un comentario